miércoles, 18 de febrero de 2009

La hora azul de Josefa Parra


Este delicioso poemario no sólo es azul. En él diversos colores impregnan su reflejo. Estos poemas son para pintarlos. Te coges unas acuarelas y le das a la imaginación. Me encanta porque cada poema ocupa media página, el resto del espacio se puede utilizar para evocaciones coloristas y notas al margen. Un ejemplo:



ME HUELES DIFERENTE
Me hueles diferente cada vez que te pienso.
Hoy me has olido a enredadera
y ha crecido tu nombre, veraz y vigoroso,
para apoyarse en mí
como en un muro.












sábado, 14 de febrero de 2009

El cazador de instantes de Rafael Argullol

Este libro le pone a una la carne de gallina. Sí, los pelos como escarpias tengo desde el comienzo de su lectura. ¿Cómo empezar? La verdad es que me gustaría transcribir literalmente la introducción que hace el autor, pero pienso que no será legal primero, y segundo, ¿y la capacidad de análisis? Hay que estrujarse un poco el cerebro, merece la pena.

En una balanza se pone en juego la inmortalidad del ser humano, pero, ¿en qué consiste? Lo iremos averiguando. Para adentrarnos en el tema diremos que el autor nos habla de dos conceptos de tiempo. Uno es la memoria: «Un tribunal permanente aunque arbitrario que premia gratuitamente y castiga generosamente». El otro los instantes: «Una herida sin cicatrizar en la piel de la conciencia. Los instantes son nuestros momentos áureos».
Esos momentos dorados, algidos, enigmáticos, importantes, misteriosos, etc. de nuestra vida son, según el autor, material imprescindible en la tarea de evocar, de recordar, por eso, son grandes recursos para la poesía: «El conocimiento poético es un reconocimiento de lo que ya vive en nosotros. Este escenario que la poesía quiere mostrar está presidido por Eros».
Tras estas bellas palabras el autor elogia continuamente el poder de Eros como motor de esos "momentos áureos", indaga en su "fuerza magnética y enigmática", pero también nos advierte: «La tensa espera de un determinado acontecimiento, la caricia sobre un cuerpo, la contemplación de algo bello o terrible sólo llegan a incorporarse a nuestro espacio mítico si permanecen y crecen en nuestro recuerdo. Nuestra auténtica autobiografía, lo que alimenta nuestra identidad y nos mantiene vivos, es nuestro mito». Por eso el viaje de cada cual debe ser esa búsqueda de instantes, debemos ser cazadores de instantes. Tenemos que ser conscientes de nuestros recuerdos, volver una y otra vez sobre los momentos áureos y llenar con poesía nuestro espacio mítico, narrar nuestra vida día a día y no dejar escapar ni un solo instante. ¿Qué hay a cada lado de la balanza? La hipótesis de Argullol es: «En uno se halla el tiempo que ha pasado y, en otro, el tiempo que ha permanecido. Ausencia y presencia de Eros. Olvido y memoria». Los recuerdos, deducimos, son, por tanto, nuestra inmortalidad.
A partir de aquí el autor inicia su particular cuaderno de travesía y nos regala bellos instantes cargados de enigmas, poesía, mitos y filosofía que son, a su vez, evocadores, no os imagináis hasta qué punto, de nuevos instantes, de recuerdos, de momentos áureos propios que una no puede dejar pasar por alto y quiere rápidamente incorporar a su espacio mítico para que no caigan en el olvido. Una lectura muy recomendada que no os dejará indiferentes. Ahí os dejo un pequeño instante.
«Recuerdo la belleza turbulenta del primer instante, y el baile frenético de las estrellas, y la tiranía de los océanos, y el naufragio de los continentes, y el primer fulgor de la vida, y el haz de hogueras por toda la tierra, y el río de la historia, y el inmenso vacío que me arrastra a la muerte, y el terrible asombro de nacer.»
(Ciclo)


Otras publicaciones del autor en: http://rafaelargullol.com/ o en la editorial en la que publica http://www.acantilado.es/



jueves, 12 de febrero de 2009

Introducción a la biblioteca imaginada

Vamos a imaginar bibliotecas, vamos a imaginar libros. Cada lectura va a tener su espacio imaginado en estas líneas. Littera impressa, un regalo, un presente, una evocación, "Conocer es recordar". Quiero dar las gracias a Rafael Argullol por su obra El cazador de instantes, que va a ser el primer libro comentado en este blog.